sábado, 12 de febrero de 2011

Egipto: Lucha de Gigantes

Ayer por la tarde llegaba a su fin uno de los momentos históricos más importantes de nuestra era. Hace cosa de tres semanas, el pueblo egipcio se levantó contra el régimen dictatorial de Hosni Mubarak, que durante 30 largos años ha estado ahogándoles con sus medidas inhumanas y fascistas. Han sido tres semanas duras en las que, aunque actuando pacíficamente los protestantes, se han desarrollado una serie de sucesos que han costado la vida a algunos centenares de personas. Alrededor de unas 300 personas han perdido la vida a manos de un grupo de seguidores del ya exdictador, que se enfrentaron a la masa anónima, mostrando así su apoyo al régimen y también, por que no mencionarlo, de las medidas extremas para erradicar todo aquello con lo que los nenes no están de acuerdo.

Siento orgullo y emoción al pensar en lo que acaba de pasar. Es un ideal de libertad por el que se ha luchado y que, afortunadamente, se ha conseguido. Porque ese espíritu revolucionario equivalente al de la revolución francesa, ha resurgido. Ya no hablamos de ideas platónicas, hablamos de hechos demostrables y totalmente factibles. Esta revolución no nos enseña solo que luchar por lo que se quiere merece la pena, también nos ha dado una lección de cómo se hacen las cosas. Han sido tres semanas de lucha TOTALMENTE PACÍFICA por parte de los manifestantes, que en ningún momento han intentado agredir a ningún ser vivo, ni siquiera cuando los simpatizantes de Mubarak se enfrentaban a los ciudadanos levantados con armas de fuego y demás. El pueblo egipcio ha dado una lección al mundo entero de cómo se hacen las cosas y nos ha enseñado que el verbo soñar solo es el inicio de algo.

Me entristece la poca importancia que se le ha dado a todo esto. Solo recuerdo el primer o los primeros días de revueltas en los que los telediarios daban algunos minutos al tema pero con el tiempo, ha ido descendiendo el interés que los periodistas mostraban por este, cuando tendría que haber sido todo lo contrario. Puede que me este dejando llevar por lo indecente y poco profesional que me ha parecido que durante la tarde en la que se hacía historia, las cadenas de televisión continuaran emitiendo toda la telemierda y basuravisión habitual, sin ni siquiera dar paso a un misero avance informativo que contase lo sucedido, que resumiera el hecho de que mientras el mundo estaba tirado en el sofá intentando chuparse el codo, Egipto ha conseguido acabar con treinta años de dictadura mediante la palabra y las ganas que parece ser, solo tienen los que sufren.

Se acaba de hacer historia. Se acaba de escribir una nueva página en el libro del mundo, y haberlo vivido no tiene precio. Haber visto a esos cientos de miles de personas gritando, cantando, llorando de alegría tras el anuncio de la dimisión del Presidente en una Tahir Square que horas antes estaba repleta de gente pidiendo lo que todo el mundo quiere: libertad. La diferencia entonces era que ya no la reclamaban, ya la habían conseguido.


Y no se me ocurre mejor momento que este para escuchar esta canción del gran Tracy Chapman: Talking about a revolution